Nos enviaron desde una ciudad del sur de España un croquis de unas tapas redondas para mesas de hostelería, para que pasásemos precio, en una madera poco común con “algo” incrustado que diese un efecto de contraste, y mediante “photoshop” nos indicaron más o menos que colores buscaban.

Como guante de seda, presentamos muestras de chapa de Peroba tigrada y de Boj de brasil y al cliente le pareció bien el efecto que daban combinadas entre sí.

Las tapas de mesa eran de diferentes diámetros, por lo que las circunferencias interiores de boj variaban de mesa a mesa.

Además, los cantos ( que iban chapeados con Peroba ) no eran rectos, sino que hacían un chaflán.

Manos a la obra: por un lado fuimos cortando los tableros en redondo, y en la tupí posteriormente les dimos el corte de los cantos en chaflán.

Y por otra parte, la preparación de la chapa de Peroba, que a medida que se iba juntando se iba cortando en redondo, con cierta holgura, y practicando los huecos para incrustar las circunferencias de boj, todo ello bien vendado con papel engomado.

Una vez que estaba todo preparado, a la prensa, y posteriormente a la mesa de trabajo, pieza a pieza, bien trabadas con el tornillo de apriete, para chapear a mano los cantos en chaflán, cola de contacto y martillo, mucho martillo y mucho brazo.

El lijado final hizo que se viera el efecto decorativo que encerraba cada tapa, ¡¡¡y eso que no iban barnizadas!!! ( De eso ya se encargó el cliente ).