Ése día fue cuando nos enteramos de que era una “roldana”, ya no queda tan claro si de popa o de proa.
El caso es que el cliente, dueño de una embarcación de recreo, nos trajo una pieza muy deteriorada que hacía una función específica en dicha embarcación.
La misma estaba hecha con un lamina de madera de alta densidad, con un núcleo interior de goma, desde luego como composición y resistencia era una maravilla.
Coincidimos con el cliente en que era una lástima prescindir de la misma, aunque estaba hecha una pena por el uso y el paso del tiempo, por lo que decidimos, de acuerdo con él, en intentar rescatarla, a base de lijar ambas caras, comiéndonos parte del espesor, y adherir a ambos lados dos superficies hechas a medida con contrachapado de abedul finlandés de modelismo de 5mm y 10 chapas con encolado GL, ( tal vez lo más resistente en tablero comercial disponible), con la misma forma, cajeados, orificios y registros que tenía la pieza, de tal modo que una vez laminadas entre sí, el resultado fuera una pieza con la dureza del núcleo originario y aspecto nuevo, apto para una o varias capas de barniz náutico, que el cliente se encargó de dar una vez que instaló la pieza en su embarcación.